Prostitutas que adoran los peluches
«En Sierra Leona se respeta más a un perro que a estas niñas», suelta a bocajarro. «Lo que les hacen a ellas no se lo harían nunca a los animales: la violencia, la forma de pegarlas, el modo de tratarlas… Es terrible. Son niñas, tienen cuerpo de niñas… Y los adultos tienen cuerpo de adulto. El abuso sexual es brutal. Hemos llevado a varias niñas al hospital con el ano destrozado, con la vagina destrozada… Chicas que no pueden caminar durante varios días».